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Tipos de acoso laboral que puedes detectar en tu trabajo

El acoso laboral, sea del tipo que sea, siempre es una conducta que no podemos tolerar. Por eso, tanto empresarios como empleados debemos estar atentos y denunciar ese tipo de situaciones cuando seamos conscientes de ellas, aunque nosotros no seamos las víctimas.

¿Qué es el acoso laboral?

El acoso laboral engloba todas aquellas conductas que son ofensivas o humillantes para una persona y que se llevan a cabo de manera continuada en el trabajo. En los casos más graves, este tipo de situaciones se tipifican en el Código Penal como un delito castigado con pena de prisión.

No obstante, hay que tener en cuenta que no todos los acosos que se dan dentro del ámbito laboral son iguales, así que conviene estar al tanto de las diferentes tipologías existentes. En muchos casos, una correcta política contra el acoso en la empresa, y la adecuada formación, pueden marcar la diferencia.

Acoso laboral vertical ascendente y descendente

El acoso laboral vertical ascendente no es muy común, pero puede llegar a darse. Se trata de una conducta en la que son los propios trabajadores los que acosan a su jefe. Es infrecuente porque en una relación laboral quien ostenta un cargo superior siempre está en una cierta ventaja y es raro que sea molestado por sus subordinados, pero puede ocurrir, así que hay que saber detectarlo.

El acoso laboral más común es el vertical descendente, también conocido como bossing. Se produce cuando alguien con una posición de superioridad jerárquica menoscaba la integridad moral de un subordinado. En muchos casos, lo que persigue es que el trabajador abandone voluntariamente la empresa. Algunos ejemplos de este tipo de conducta son: sobrecargar de trabajo, menospreciar el esfuerzo de una persona, o privarle de herramientas básicas de trabajo.

Acoso horizontal

Su particularidad es que víctima y acosador se encuentran a un mismo nivel jerárquico. Las razones por las que se lleva a cabo suelen ir más allá de lo estrictamente laboral y se centran, con frecuencia, en circunstancias personales. Por ejemplo, que a un trabajador le caiga mal otro y decida hacerle la vida imposible.

Acoso sexual

El acoso sexual no se limita al ámbito laboral, pero el trabajo es uno de los escenarios en los que más se produce. Igual que ocurre con los otros tipos de acoso que hemos visto, puede darse en vertical (de forma ascendente o descendente) y también en horizontal. Si bien, lo más común es que sea alguien con una superioridad jerárquica el que acose a un subordinado.

Es acoso sexual laboral cualquier comportamiento verbal o físico que tenga una naturaleza sexual y que atente contra la dignidad de la persona, especialmente si se crea un entorno que sea degradante, intimidatorio u ofensivo para esta.

Sería acoso sexual la conducta de un jefe que hace demandas sexuales a una empleada, amenazando incluso con despedirla si no accede a sus pretensiones.

Acoso por razón de sexo

Es un comportamiento que se realiza en atención al sexo de una persona, con la finalidad de atentar contra su dignidad y crear un entorno que sea intimidatorio, degradante u ofensivo para esta.

Sería acoso por razón de sexo si en un lugar de trabajo en el que la mayoría son hombres, estos hicieran comentarios de corte machista, o incluso de índole sexual, referidos a sus compañeras mujeres.

Violencia física o verbal

En los casos más graves, el acoso laboral puede tener una dimensión violenta, y puede tratarse de violencia física o verbal. Esto se produce si hay discusiones o agresiones verbales, o si las rencillas personales llegan al punto de una agresión de carácter físico.

Burn-out y boreout ¿son acoso laboral?

El problema con el acoso laboral es que es complicado demostrar su existencia. Hay conductas que no son éticas, pero no se pueden clasificar al 100% como acosadoras.

Un caso es el del burn-out, lo que se conoce como síndrome del trabajador quemado. Aquí la responsable de la situación de estrés del empleado es la empresa, porque su actitud provoca que este se sienta saturado por razones como un alta carga de trabajo, un exceso de horas extra, etc.

En el lado contrario está el boreout, que es justo lo contrario, una falta de ocupación efectiva. Es decir, que el trabajador no tiene tareas suficientes como para llenar su jornada laboral.

Ambas conductas están causadas por el personal de la empresa, que o bien asigna demasiado trabajo o demasiado poco, y es cierto que en los dos casos el empleado puede sufrir consecuencias psicológicas derivadas de esas situaciones, pero sería extremadamente complicado determinar si aquí hay acoso o si el problema tiene su origen en una incompetencia de quien reparte las tareas.

Ponerle freno al acoso laboral y crear entornos de trabajo agradables y seguros es responsabilidad de todos. ¿Quieres gestionar de la mejor forma posible el talento en tu negocio? ¡Cuenta con nosotros!

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