El dolor lumbar es un problema de salud importante, sobre todo en países industrializados. Su prevalencia se sitúa alrededor del 70 y el 80%, produciéndose un pico entre los 35 y 55 años.
La lumbalgia puede producirse por diversas razones, algunas de las causas más comunes son las alteraciones en la columna, por ejemplo: escoliosis, hernias discales, problemas degenerativos de los discos intervertebrales o en las articulaciones, fracturas por osteoporosis o traumatismos en espalda baja.
Puede tratar de evitar la aparición del dolor de espalda de las siguientes formas:
- Practicando actividad física
- Mejorando la postura
- Practicando técnicas de relajación para controlar el estrés
- Deshaciéndose de los kilos de más
- Dejando de fumar
- Aprendiendo a levantar pesos de la manera correcta, para no causar desgarros
- Usando un buen colchón
El médico puede sugerir tratamientos como:
- Medicamentos para el dolor
- Sesiones de fisioterapia
- Masajes
- Aplicaciones de calor (para deshacer los nudos musculares) o hielo (para reducir la hinchazón y la inflamación) en las partes doloridas
- En caso de que el paciente presente hernia discal, puede ser aconsejable la ozonoterapia
- Si la hernia discal es particularmente dolorosa, o si el paciente sufre estenosis espinal o espondilolistesis (desplazamiento de una vértebra sobre otra), se puede considerar la cirugía
- Lo importante es siempre contar con un diagnóstico adecuado y que el cirujano o el traumatólogo informen de las diferentes opciones atendiendo a las características del paciente. Generalmente, la mayoría de las lumbalgias tienen un buen pronóstico, solo un porcentaje muy bajo se cronifican.
La ciática se refiere al dolor, debilidad o sensación de hormigueo generado en el recorrido del nervio ciático: glúteo, cara posterior del muslo, pierna, tobillo o hasta el pie.
Las raíces del nervio ciático emergen de la médula espinal, atraviesan las vértebras lumbares y sacras a través de los agujeros de conjunción y todas ellas se unen para formar el nervio ciático común.
Suele afectar a personas de mediana edad, sedentarias o con una postura forzada durante largos periodos de tiempo. Influyen también las sobrecargas musculares, la obesidad o el embarazo están en relación con su aparición.
En personas de más de 50 años suele estar en relación con la degeneración de los discos y la artrosis de la columna lumbar. En personas más jóvenes, de entre 20 a 50 años, puede estar provocada por una hernia del disco intervertebral.
Mario Borin, Medical Specialist – Empatif