La inteligencia emocional en el trabajo se ha convertido en un concepto clave dentro del entorno laboral, desde que fue formulado por David Goleman en la década de los 90 del siglo pasado. Una capacidad de la que, a su vez, se derivan varias habilidades que son clave para desarrollar cualquier tarea con una mayor posibilidad de éxito.
La inteligencia emocional en el trabajo y sus habilidades clave
La inteligencia emocional es la habilidad para entender, usar y administrar las propias emociones. Consiguiendo que estas nos ayuden a empatizar con otras personas, a mejorar la comunicación y a disminuir el estrés.
Cuanto más alto sea el nivel de inteligencia emocional de una persona, mayor capacidad tendrá esta para establecer relaciones sanas y equilibradas en los diferentes ámbitos de su vida.
Dentro de ella encontramos unas habilidades que son clave:
- Conciencia emocional: Es la capacidad que se tiene para identificar y comprender las emociones propias y, en consecuencia, también las de los demás.
- Autocontrol: Supone el poder mantener bajo control ciertas emociones negativas y evitar las reacciones impulsivas.
- Motivación: Permite asumir compromisos con uno mismo y con los demás.
- Empatía: Es la capacidad para ponerse en el lugar de los demás y así entender mejor sus ideas.
- Habilidades sociales: Entendidas como la capacidad para generar y mantener relaciones saludables. Dentro de ellas se encuentran desde la habilidad para trabajar en equipo hasta la capacidad para comunicarse de manera eficaz.
Relevancia de la inteligencia emocional en el entorno laboral
La inteligencia emocional en el trabajo es un factor que tiene cada vez más peso dentro de las empresas. De hecho, esta habilidad blanda es una de las más demandadas dentro de los procesos de selección. Y no lo es por moda, sino porque de ella se derivan una serie de beneficios. Sus aplicaciones van más allá de lo que se suele pensar, llegando incluso al ámbito de los riegos laborales.
Mejora las relaciones interpersonales
Con empleados más empáticos y dispuestos a comunicarse, las relaciones laborales se vuelven más saludables y constructivas. Los miembros del equipo se sienten mucho más unidos entre sí, lo cual facilita una colaboración efectiva.
La comunicación se vuelve más efectiva
A través de la inteligencia emocional podemos desarrollar una comunicación más clara, directa y respetuosa. Esto evita los malos entendidos y reduce la posibilidad de que surjan conflictos.
Hace el liderazgo más efectivo
La figura del jefe está totalmente desfasada. Ahora lo que hacen falta en las empresas son líderes capaces de inspirar, motivar y guiar a las personas que tienen bajo su dirección.
Un líder dotado con una buena inteligencia emocional es capaz de comprender los sentimientos y las necesidades de sus empleados. Esto le permite tomar las decisiones más adecuadas a cada circunstancia. El resultado es que se convierte en una figura importante para sus subordinados: un modelo a seguir.
Ayuda en la toma de decisiones
Los beneficios de la inteligencia emocional en el trabajo se extienden a la toma de decisiones. Porque, al mantener las emociones bajo control, la información se analiza de una forma más racional. Ya no hay cabida para la improvisación ni para actuar de manera impulsiva.
Los líderes consideran sus decisiones desde todos los puntos de vista posibles, evaluando cómo afectarán a todas las personas implicadas.
Contribuye a un mejor manejo del estrés y la presión
Estrés y presión son fenómenos comunes en el ámbito laboral. Resulta complicado librarse de ellos, pero es posible aprender a gestionarlos, y la clave está en la inteligencia emocional.
Cuando una persona conoce mejor sus emociones y es capaz de dominarlas, puede hacer frente con más efectividad a los momentos de tensión. Mantiene la calma y no se deja llevar por la sensación de agobio.
Permite resolver conflictos de manera más efectiva
Los conflictos laborales están a la orden del día, y sus consecuencias dependen de que sean más o menos graves, y del tiempo que tarden en solucionarse. En este sentido, la inteligencia emocional en el trabajo se presenta como una herramienta muy útil.
Si se ha trabajado en la comunicación, la empatía y la comprensión emocional, los problemas se pueden abordar desde una perspectiva más saludable. Esto permite encontrar soluciones que sean beneficiosas para todos los implicados.
Crea un ambiente laboral más positivo
Con menos conflictos, mejor comunicación, y un líder que se convierte en un ejemplo a seguir, el ambiente laboral es mucho más armonioso. Los trabajadores se apoyan mutuamente, se escuchan y se respetan. Como consecuencias, mejoran la motivación, la productividad, y caen las tasas de absentismo y de rotación de personal.
La inteligencia emocional en el trabajo es crucial porque tiene un impacto significativo en la calidad de las relaciones interpersonales y en el proceso de toma de decisiones. De ahí que sea algo que las empresas valoran e intentan ahora promover a toda costa. ¿Quieres tener una plantilla dotada de las mejores habilidades blandas? Entonces, déjanos ayudarte en su gestión.