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6 estrategias de innovación empresarial

La innovación empresarial es un factor clave para la supervivencia de las empresas en un entorno que es cada vez más competitivo y complejo. Porque es precisamente la capacidad de innovación la que permite una rápida adaptación a los cambios, el hallazgo de nuevas soluciones y de propuestas de valor únicas que pueden acabar generando ventaja competitiva.

Hay muchas formas de innovar, pero vamos a centrarnos en seis estrategias o tipologías básicas que son un buen punto de partida.

Innovación empresarial disruptiva

Una disrupción es la interrupción súbita de algo. Tratándose del mercado, una innovación disruptiva es aquella que llega para romper con lo establecido. Es tan novedosa, que supone un cambio de hábitos en los consumidores, que responden muy positivamente ante ella porque viene a responder a una necesidad que ya estaba presente.

La disrupción es una de las características que identifican a las startups. Su modelo de innovación empresarial está basado en ofrecer un producto o servicio que no existe en el mercado, y que puede cubrir una necesidad que sí está presente.

Las estrategias de innovación de este tipo pueden estar orientadas a la creación de nuevos productos o servicios que transforman por completo el mercado, o bien al diseño de nuevas formas de producción que revolucionan la forma de trabajar.

Innovación incremental

Se centra en la renovación y mejora continua de los procesos internos de la empresa, de sus productos y sus servicios. Quizá no se cree nada nuevo, pero se busca mejorar al máximo lo que ya se tiene y, cuando se trata de productividad, optimizar la eficiencia es el objetivo fundamental de esta forma de innovar.

La gran ventaja de esta innovación empresarial es que la empresa mantiene sus productos o servicios bien adaptados a las necesidades del mercado en cada momento, por lo que su volumen de ventas se mantiene bastante estable.

Innovación abierta

La estrategia de innovación abierta traspasa las barreras de la empresa. En ella no solo se tienen en cuenta los recursos internos, sino que se busca crear sinergias con colaboradores externos y desarrollar así nuevas ideas y proyectos.

Una estrategia de innovación abierta clásica, pero que funciona muy bien, es mantener entrevistas con los clientes para saber qué opinan del producto o servicio y consultarles sobre qué modificaciones les gustaría ver en él.

Compartir información, ideas y recursos, permite llevar la innovación un paso más allá y superar las tradicionales barreras que existen a la misma, que están relacionadas precisamente con la falta de medios y de ideas.

Innovación empresarial basada en el diseño

Para llegar a ella podríamos partir de la innovación abierta, e incluso podría acabar siendo una innovación disruptiva. Porque esta innovación se centra en conocer bien las necesidades del público objetivo y desarrollar productos o servicios que sean novedosos y resulten atractivos.

El objetivo principal de esta innovación es mejorar la experiencia del usuario con respecto a la estética, la funcionalidad y la usabilidad del producto. Si se consigue, el resultado es algo único que resulta muy difícil de imitar por parte de la competencia.

Innovación tecnológica

En la actualidad, la innovación empresarial pasa necesariamente por la innovación tecnológica. En este caso, lo que se busca es aplicar la tecnología para mejorar los procesos de producción y hacerlos más eficientes, de manera que puedan dar lugar a productos o servicios que satisfagan mejor las necesidades de los consumidores.

El proceso de transformación digital es uno de los primeros pasos para el inicio de la innovación tecnológica, pero no hay que quedarse ahí. La tecnología avanza de manera constante, y las empresas tienen que ser capaces de adaptarse rápidamente para mantenerse a la vanguardia dentro de su sector.

Innovación social y sostenible

Desarrollar el negocio no es algo que deba hacerse a cualquier precio, y esto es algo que cada vez más empresas entienden e integran dentro de su cultura.

La innovación es necesaria, pero debe hacerse desde un punto en el que se proteja tanto el desarrollo social como el cuidado del medio ambiente. De hecho, muchas innovaciones pueden basarse en principios de responsabilidad social, centrándose en ofrecer productos o servicios que tengan un impacto positivo sobre la sociedad y sobre el entorno natural.

El objetivo aquí es mejorar la calidad de vida de las personas, ofreciendo soluciones a los desafíos en materia de salud, educación, desigualdad, etc. Para promover además la sostenibilidad, las empresas que apuestan por esta innovación integran prácticas ambientales en su gestión. Por ejemplo, buscando maneras de reducir su huella de carbono.

Innovación empresarial es sinónimo de crecimiento y éxito dentro del mundo empresarial. Para lograr los resultados deseados, cada organización debe encontrar el tipo de innovación que mejor encaja con ella y, dentro de la misma, crear estrategias más específicas y personalizadas. ¿Tú también quieres llevar tu negocio un paso más allá?

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