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¿Cómo afrontar un cambio de trabajo?

Las personas pasamos por diferentes etapas profesionales a lo largo de nuestra vida laboral, y todas ellas, nos permiten adquirir unas experiencias, con el paso de los años, dan sentido y aportan madurez en nuestras vidas.

El trabajo suele comportar sensaciones de pertenencia a los/as trabajadores/as, debido a las tareas que se desarrollan, por la organización a la cual se pertenece o por el vínculo “emocional” que se genera con los compañeros y las compañeras; y existen momentos en que las personas nos sentimos altamente identificadas con nuestros trabajos y otros en los cuales nos sintamos indefensos, frágiles y llenos de dudas. Una u otra situación no son más que una mezcla de pensamientos llenos de emociones y sentimientos propios, ante las circunstancias que nos está tocando vivir en este momento concreto.

Pero siempre hay un momento en el cual nos toca poner punto final, decir adiós, a alguna de las etapas profesionales que vivimos. Esta situación, por más que la tengamos pensada y preparada, siempre es compleja y difícil de llevar a cabo, ya que este cambio se asemeja a un luto por la pérdida que ello supone, y que, generalmente, cada cual se la toma, emocionalmente hablando, como sabe y puede, y no como querría… Si bien el que es seguro es que a todos y cada cual de nosotros nos afecta de alguna manera.

Si bien las motivaciones para cambiar de trabajo son diversas y multifactoriales, una renuncia voluntaria suele generar esperanza e ilusión a quienes toman esta decisión, pero, en cambio, los ceses involuntarios generan frustraciones, insatisfacción y malestar en las personas que lo sufren, hasta el punto que si no se gestionan adecuadamente pueden comportar enfermedades físicas y mentales que pueden ser invalidantes.

Se debe tener en cuenta que al afrontar un “adiós” laboral, no debería ser más que poner un punto y seguido en nuestras vidas, ya que en cualquier momento podrías decir “hola” a un nuevo trabajo y reencontrarnos con una buena oportunidad para readaptar nuestra vida personal, de acuerdo con una esencia y voluntad propias.

Es por eso que una buena manera de afrontar esta nueva situación sería ponderar adecuadamente el lugar que cada cual de nosotros le tenemos que dar al trabajo en el conjunto de nuestras vidas, centrar los pensamientos en las vivencias, experiencias y conocimientos adquiridos, por el simple hecho de haber compartido horas y horas de conversación con los compañeros y compañeras, y valorar el bagaje laboral logrado, el cual nos ha permitido de crecer y mejorar como profesionales, para que, en la hora de materializar este cambio, lo podemos exportar y aplicar al nuevo puesto de trabajo.

Si somos capaces de aceptar los cambios laborales como cualquier otro cambio en nuestra vida, relativizar aquello que dejamos atrás y buscar las oportunidades que nos da esta nueva etapa, nos daremos cuenta de que se abre un abanico de opciones tan grande que, a medio y largo plazo, esta situación temporal habrá sido positiva y productiva para cada uno de nosotros.

Arturo Argelaguer Martínez
Pyschologist Empatif.

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