La seguridad y el bienestar en el trabajo son aspectos de vital importancia en cualquier empresa, sin importar su tamaño o el sector en el que opere, y lo mismo ocurre con los autónomos. Sin embargo, en el caso de las pymes y los profesionales, la gestión de riesgos laborales se convierte en un auténtico desafío por la falta de conocimientos sobre el tema y su habitual limitación de recursos.
Pero eso no puede ser nunca una excusa para no tener la seguridad y la salud laboral como una prioridad, porque la falta de atención a los riesgos derivados de la actividad laboral puede tener consecuencias muy graves para la salud de los trabajadores.
Identificación de riesgos laborales en las pymes y para los profesionales
El primer paso para hacer una buena gestión, y cumplir con la obligación de salvaguardar la seguridad y la salud de los empleados, es identificar los riesgos que afectan al negocio y, dentro de ellos, los riesgos vinculados con cada puesto de trabajo.
Los más comunes son:
- Riesgos ergonómicos: relacionados con malas posturas mientras se trabaja, la incorrecta carga de objetos pesados, y otros factores relacionados con el movimiento que pueden generar molestias como dolores de espalda, tendinitis, lumbalgias y síndrome del túnel carpiano.
- Riesgos de seguridad: la falta o insuficiencia de medidas de seguridad, como que no haya extintores o luces de emergencia, aumenta las posibilidades de que se produzcan accidentes graves.
- Riesgos biológicos y químicos: en ciertos sectores como el textil, la exposición a sustancias puede causar problemas de salud a largo plazo.
- Riesgos psicosociales: la salud mental de los trabajadores se puede ver afectada por fenómenos como un alto nivel de estrés, una carga de trabajo excesiva o un mal ambiente de trabajo.
- Riesgos eléctricos: la manipulación incorrecta de equipos, o el mal estado de las instalaciones, pueden generar descargas eléctricas, cortocircuitos y hasta incendios.
Evaluación de riesgos y análisis de impacto
Detectados los riesgos laborales más importantes, el siguiente paso que deben dar las pymes y los autónomos es analizar las posibilidades de que se produzca cada uno de ellos, establecer unas prioridades, y planificar las medidas de seguridad más adecuadas.
Para ello, se puede recurrir a herramientas como las entrevistas con los empleados para conocer de primera mano los riesgos que más les afectan, hacer una inspección de seguridad en busca de anomalías, y revisar la documentación relativa a incidentes y accidentes que se hayan producido con anterioridad. También se pueden consultar las estadísticas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales del Ministerio de Trabajo.
Es importante calcular el impacto económico que los riesgos laborales tienen en la empresa cuando se materializan en forma de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales. Hay que valorar tanto el costo directo (gastos médicos, indemnizaciones, compensaciones, etc.) como el indirecto (pérdida de productividad, capacitación del personal de reemplazo,etc)
Además, ni las pymes ni los autónomos pueden pasar por alto que los accidentes laborales y las enfermedades profesionales tienen un alto coste social para los afectados, para sus familias, y para la sociedad en general. Junto con un importante impacto emocional y psicológico.
Implementación de medidas de protección frente a los riesgos laborales
Aunque los recursos económicos sean limitados, se pueden poner en marcha estrategias efectivas de protección con un coste bastante ajustado. La clave está en priorizar el uso de los recursos hacia las áreas de mayor riesgo.
Elaborar un plan de acción detallado con las medidas preventivas a implementar, también es una buena forma de saber qué recursos van a hacer falta y de planificar cómo se va a ir invirtiendo para optimizar los esfuerzos dedicados a la gestión de riesgos laborales.
Además, se le puede sacar partido a recursos ya existentes. Adaptando o reutilizando equipos para mejorar la seguridad. Y también está la alternativa de establecer alianzas con otras pymes o profesionales para compartir recursos y buenas prácticas frente a los riesgos asociados al trabajo. Por ejemplo, realizar capacitaciones conjuntas de los empleados para ahorrar dinero.
Promoción de una cultura de seguridad
El ambiente de trabajo en una pyme, o cuando se trabaja para un autónomo, siempre es algo más familiar. Aunque esto es bueno para algunas cosas, también puede hacer que los empleados sientan un menor interés por cuestiones como la protección frente a los riesgos laborales, porque los ven como algo ajeno a ellos.
Como el objetivo es que las medidas implementadas sean realmente efectivas, es totalmente necesario concienciar a los trabajadores de que los riesgos siempre están presentes y es esencial adoptar medidas para evitarlos.
Una cultura de seguridad laboral, junto con unas medidas de protección adecuadas, consiguen que el día a día en el trabajo se desarrolle con la mayor normalidad posible y sin sobresaltos. Los riesgos laborales siempre van a estar ahí, pero con un poco de trabajo es posible minimizarlos.
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