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Ventajas y desventajas del reclutamiento externo

Cuando las empresas necesitan cubrir una vacante, acuden antes al reclutamiento externo que a la promoción interna de sus propios trabajadores. Con frecuencia, porque no son conscientes del talento que ya tienen, o no saben cómo gestionarlo de la mejor forma posible.  En cualquier caso, buscar nuevos empleados en lugar de confiar en la plantilla de la que ya se dispone, tiene sus pros y sus contras.

Ventajas del reclutamiento externo

El reclutamiento externo es el modelo tradicional de selección y adquisición de nuevo talento para la empresa. Como su propio nombre indica, consiste en buscar nuevos empleados que vengan desde fuera, para cubrir los puestos que están vacantes.

Acceso a mayor número de candidatos

Al buscar fuera de la plantilla, la empresa tiene a su disposición a un gran número de aspirantes que desean una nueva oportunidad profesional. Se entiende que, a mayor número de personas interesadas en una oferta de empleo, más fácil resultará encontrar el talento adecuado.

Creación de una buena base de datos

Dado que son muchos los aspirantes que se presentan al puesto, la compañía puede ir elaborando una buena base de datos de candidatos. Aunque estos no sean contratados ahora, su perfil puede resultar interesante en un futuro, lo que podría simplificar y agilizar futuros procesos selectivos.

Permite crear un equipo de trabajo diverso

Muchas empresas se encuentran con que las capacidades de su plantilla son demasiado homogéneas. Y esto se convierte en un obstáculo para avanzar, en un entorno que requiere de la máxima capacidad de adaptación al cambio. Las formas de reclutamiento han cambiado, y ahora los expertos en Recursos Humanos buscan talentos cada vez más diversos, para darle heterogeneidad a la capacidad de trabajo de la plantilla. Por eso, el reclutamiento externo es una buena manera de lograr el objetivo de tener un equipo de trabajo diverso.

Los nuevos empleados aportan una nueva visión

Quienes se incorporan a una empresa a través de un proceso selectivo externo, son personas que vienen de trabajar en otras compañías, quizá incluso en otros sectores, y esto supone un soplo de aire fresco para quien les ha contratado, porque estos empleados pueden aportar diferentes ideas sobre la forma de hacer las cosas.

Desventajas del reclutamiento externo

Este tipo de selección de personal para las vacantes tiene grandes ventajas como las que acabamos de exponer, pero no podemos perder de vista el hecho de que también tiene algunos inconvenientes.

Requiere invertir mucho tiempo

Encontrar al candidato adecuado para el puesto no suele ser sencillo, y mucho menos cuando el número de aspirantes es muy alto. Los reclutadores tienen que hacer una buena labor de cribado de currículums y diseñar muy bien las entrevistas para poder quedarse solo con las personas que realmente se ajustan al perfil demandado.

Lo habitual es que un proceso selectivo pueda durar semanas, incluso meses en algunos casos, y esto supone un importante coste para la empresa que, mientras tanto, debe hacer ajustes en la forma de trabajar de su plantilla, e incluso abonar horas extra, para que las tareas de ese puesto vacante se vayan realizando mientras no hay nadie ocupándolo.

Puede desmotivar al personal

Si la empresa siempre acude al reclutamiento externo para cubrir sus vacantes, es porque no tiene un plan de carrera para sus empleados, y esto puede ser una fuente de desmotivación para ellos, que son conscientes de que están en un trabajo en el que no pueden progresar, por mucho talento que tengan.

Esta falta de motivación puede convertirse, además, en una fuente de conflictos entre los trabajadores recién incorporados y los antiguos o, como mínimo, contribuir a enrarecer el ambiente de trabajo, lo que afecta al clima laboral e influye negativamente en la productividad.

En el reclutamiento externo es necesario un proceso de adaptación

Por mucha formación y experiencia que tenga el nuevo empleado, adaptarse a un nuevo puesto de trabajo siempre requiere algo de tiempo, e incluso puede que haya que invertir en formar a esa persona. De esta forma, el nuevo miembro de la plantilla no rinde al 100% hasta pasadas unas semanas desde su incorporación. Por el contrario, la adaptación a un nuevo puesto de alguien que ya es miembro de la plantilla, siempre es mucho más rápida y sencilla, porque esa persona ya conoce la empresa y su forma de trabajar.

Siempre implica un riesgo

Al elegir un candidato externo, existe el riesgo de acabar descubriendo que la elección no ha sido la más acertada: puede que esa persona no esté tan capacitada como se creía, que no encaje en la cultura empresarial, o que tenga un carácter conflictivo. Esto puede hacer que la relación laboral finalice antes de tiempo, por decisión de la empresa o del propio empleado, dando lugar a un nuevo proceso selectivo, con todos los costes de tiempo y dinero que esto supone.

El reclutamiento externo tiene sus inconvenientes, pero son mínimos en relación a la relevancia de sus ventajas, lo mismo que ocurre con el interno; y, por eso, lo aconsejable es mezclar ambos. ¿Quieres mejorar todavía más la gestión de tu plantilla? ¡Te ayudamos!

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