En el lipedema hay una desproporción en la distribución corporal de la grasa: excesivo en las extremidades y poco en el tórax y abdomen. La aparición de la grasa comienza justo por encima de los tobillos, no afecta ni manos ni pies.
Síntomas
Los síntomas están relacionados con sensación de peso y dolor en las extremidades, picor y el evidente aumento de volumen. Esto puede llevar también a ansiedad y depresión.
Tratamientos
El tratamiento puede ser médico o quirúrgico. Se inicia con medias de compresión progresiva, ejercicios de hidroterapia, además de la actividad física y una buena alimentación.
De no verse mejoría puede plantearse la técnica de liposucción asistida por agua pulverizada (Técnica WAL: wáter-jet assisted liposuction)..
La cirugía revierte solo parcialmente los síntomas; la zona operada raramente vuelve a una completa normalidad y el lipedema puede “migrar” a las extremidades supriores o incluso al tronco.
Lipedema, linfedema y lipoatrofia
El lipedema debe diferenciarse de la “celulitis” o lipodistrofia ginoide que es una condición estética que afecta la textura de la piel, dándole un aspecto abultado y con hoyuelos, similar a la piel de una naranja. Esta también afecta predominantemente a mujeres, especialmente en áreas como muslos, glúteos y abdomen.
También debe diferenciarse del linfedema o edema de origen linfático. El linfedema es una acumulación de líquido linfático debido a un mal funcionamiento del sistema linfático. Puede ser congénito o adquirido debido a cirugía, radioterapia, infecciones, lesiones o enfermedades que afectan el sistema linfático. Puede afectar una extremidad completa o solo una parte de ella, incluyendo manos y pies.
Por último la lipoatrofia semicircular es otro trastorno del tejido graso que afecta mayoritariamente a mujeres y que en su etiología confluyen una multitud de factores entre los cuales destacan la susceptibilidad individual, los campos magnéticos y la electricidad estática entre otros. Se caracteriza por depresiones semicirculares en forma de banda que suelen localizarse en los muslos y ocasionalmente en piernas y extremidades superiores. Este último trastorno está considerado como un accidente de trabajo ya que su origen suele ser laboral en oficinas de los llamados “edificios enfermos” por sus características de circulación de aire, disposición del cableado y niveles de humedad ambiental.
Mario Borín – Medical Specialist Empatif